Riso Gallo es una de las empresas productoras de arroz más antiguas de Italia.
Riso Gallo empezó en 1856 con una fábrica en Génova que procesaba el arroz con cáscara importado.
Al mismo tiempo, se abrió otra fábrica en Argentina para satisfacer las necesidades del mercado sudamericano.
Su éxito y su creciente experiencia en el campo alentaron a la empresa a concentrarse en los cultivos italianos, por lo que en 1926 la fábrica de Génova fue trasladada a Robbio Lomellina, en el corazón de la provincia de Pavía, una de las regiones arroceras más conocidas.
En la década de 1940, una intuición marcó un nuevo capítulo en la historia de la compañía, y se creó el símbolo del gallo.
Como el analfabetismo seguía extendiéndose en Argentina, la empresa decidió identificar las diferentes variedades de arroz utilizando imágenes de animales.
Una jirafa, un tigre, un águila, un elefante y un gallo aparecieron en todos los sacos de arroz. El gallo, que identificaba la mejor variedad, pronto se convirtió en el símbolo de la empresa y sinónimo de la alta calidad de sus productos. Al mismo tiempo, la empresa comenzó a vender arroz en paquetes al por menor.